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BOQUERÓN

Un video aleatorio apunta a la colaboración activa del 'canario'

La segunda jornada del juicio con jurado popular por el asesinato de A. J. H. en la cárcel de Zuera, el 2 de febrero del año pasado, contó con la proyección de un video esclarecedor --aunque de baja calidad--, que ayudó a la Guardia Civil en su investigación. La grabación, según lo expuesto por el agente instructor del atestado, les ayudó a hilar los testimonios de los presos. En ella se aprecia cómo el acusado de clavarle el pincho que acabó con su vida a la víctima, Santiago D. C., desaparece entre las celdas 8 y 9 (la que ocupaba la víctima) del módulo, en el lapso que no muestra el video, ya que es secuencial, graba cada pocos segundos. La grabación fue además casual, ya que según explicó el funcionario encargado de controlar las cámaras del presidio estas graban los pasillos aleatoriamente.

Las imágenes muestran cómo el otro acusado, Luis Rogelio V. M., alias el canario --por su lugar de origen--, junto al anterior, persigue a un preso que sale de la celda del fallecido, y que supuestamente había entrado con intención de ayudarle.

En el primer punto no aporta nada nuevo, ya que Santiago D. C. admitió anteayer que entró a la celda y pinchó a la víctima, aunque fuera en defensa propia. Sin embargo, el testimonio de el canario indicaba que él iba a buscar a otro preso, que no tenía nada que ver con los hechos.

Como se encargaron de remarcar los abogados de la defensa, José Álvarez y Rafael López, el video es de bastante mala calidad, además de ir "a saltos". Sin embargo, el guardia civil encargado de la investigación aseguró que un exhaustivo análisis de las imágenes, junto con la ayuda de los funcionarios de la prisión --además de detalles físicos como la coleta de Rogelio V. M.-- y los testimonios de los presos le permiten distinguir a los implicados.

CARTÓN INCRIMINATORIO Las declaraciones fueron difíciles de conseguir, según relató, ya que muchos tenían "miedo a represalias". Sin embargo, uno de los reclusos incriminó al principal acusado entregando a los funcionarios de la prisión un cartón con su número de celda. Otro aseguró a los agentes que le había visto manchas de sangre en la ropa a Santiago D. C., y este "se había tapado", y un tercero dijo que vio al presunto asesino con el pincho en la mano y le espetó "¿Quieres que te mate a tí también?".

En cuanto a Rogelio V. M., el preso vecino de celda que acudió a ayudar a la víctima relató cómo aquel le sacó de la celda y le dijo que no se metiera, que era "uno contra uno". Esto no se ve en el video, pero sí cómo ambos le perseguían. Después, volvió con otros presos y sacaron al herido.

Las defensas atacaron también las hipótesis del informe de la Guardia Civil, sobre que el preso estaba tumbado --lo que conllevaría un delito más grave, de asesinato, al pillarle desprevenido--. El agente instructor aseguró que se basó en la costumbre de echarse la siesta del fallecido. "Dormía con medicamentos, tenía problemas para dormir", explicó. El abogado indicó que la cama estaba hecha, a lo que replicó que "mucha gente duerme encima de la cama, y no la deshace".

Las defensas señalaron también que el video no muestra en ningún momento a Santiago D. C. con el pincho en la mano. En el registro desnudo que le practicaron los funcionarios el detector de metales pitó, pero se atribuyó a las esposas, aunque en principio se retiran para el escáner.

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN - F. MANTECÓN 21/12/2011

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