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BOQUERÓN

Desde mi celda

Desde mi celda

PESE AL TÍTULO, no se trata de las cartas de Gustavo Adolfo Bécquer, ni están escritas en una celda del Monasterio de Veruela. Se trata de una revista, La Oca Loca, y ha sido obra de catorce internos del centro penitenciario de Daroca. Es una publicación con sello propio, que no se parece a ninguna otra porque no hace alardes, derrocha frescura, humor y claridad de ideas. “Querido compañero o compañera que ingenuamente has tomado estas páginas… ¿Esperas tal vez emociones fuertes, palabras arrebatadoras, conocimientos arcanos?. Pues vas listo. Este es un producto bajo en calorías, sin isoflavonas ni ácidos omega3. Un minúsuculo entretenimiento a lo más. No se le pueden pedir guayabas al melonar” Con este tono socarrón comienza el editorial y carta de presentación del primer número de esta revista en la que prima el humor, la cultura, las entrevistas, los reportajes, las crónicas de viajes realizados, el saber popular o el particular y las reflexiones, del tipo que sean. Y es que este equipo no renuncia a los apartados de opinión y crítica, pero huye de tintes típicamente "talegueros”. Prefieren decantarse por contenidos de entretenimiento, de evasión y de buscar un sentido a su estancia en prisión. El nombre hace claras referencias a la localidad de Daroca y su emblema que, por razones de historia que se explican de forma amena en interior de la revista, incorporó seis ocas como símbolo de vigilancia. También alude al propio juego de la oca, que dicen que se parece más a la vida que el parchís (al que tanto juegan los presos); sus imágenes tienen su propio significado. “Ahora estamos en la casilla 52. “La cárcel”: "Un turno sin jugar. ¿Mal lugar?. Quien ha vivido de verdad en la calle sabe que éste no es tan mal lugar….. (). Lamentarse continuamente y echar las culpas a terceros es no saber vivir aquí. Y hay que vivir estemos donde estemos. Esta casilla forma parte del juego de tu vida….”, reza en el editorial de la revista. La idea surgió hace poco menos de un año a partir de las conferencias que se organizaron en el centro y que lograron picar la curiosidad de muchos internos, algunos de los cuales se animaron a emprender esta aventura. La Oca Loca cuenta con una tirada de 500 ejemplares –editados por la imprenta de la Diputación de Zaragoza– que son distribuidos en el propio centro y otros del resto de España. El primer número ha contado con la colaboración especial de profesores universitarios, escritores, periodistas y el cuerpo docente de la prisión. Javier Mesa, coordinador de formación del centro; Manuel Becerril, director de la prisión; Esther Quintana, subdirectora de tratamiento (área de la que dependen todas las actividades educativas y sociales), Óscar Lorente, diputado provincial por Daroca y hasta el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Juan José Rubio, estuvieron presentes en las dos presentaciones de la revista (la interna y la de los medios de comunicación) y ninguno de ellos escatimó alabanzas hacia la labor de este grupo y la importancia de esta iniciativa educativa y cultural que impulsa el centro penitenciario de Daroca. De hecho, el entusiasmo que ha generado esta empresa entre los propios reclusos invita a concebir nuevas iniciativas que podrían ponerse en marcha en un plazo no muy lejano. De momento, los artífices de la revista podrían participar en la realización de entrevistas a determinados personajes conocidos junto con redactores de medios de comunicación de Zaragoza. Algunos otros maduran la idea de internarse en mundos como el cine o el audiovisual. Pronto sabremos de ellos.
DPZ PRENSA 2005

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