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BOQUERÓN

El taller de pintura en la carcel de Daroca.

El taller de pintura en la carcel de Daroca.

Una vez por semana subo al centro penitenciario de Daroca. Hace tres años que se plateó un taller de pintura. Dura 3 horas y media y viene el que quiere. Los apuntados suelen ser unos 30, aunque cada día el número de "alumnos" varía según las ocupaciones de cada uno, sus apetencias. Tras una charla de cómo evolucionó el arte desde Altamira hasta hoy, cada uno se lanza sobre su hoja de papel y "cuenta" lo que quiere. Los dos primeros trabajos suelen ser sobre la añoranza de su lugar natal y el segundo, sobre su angustía en la prisión, concretada en un dibujo figurativo, casi naif. Luego les pido que se lancen y manchen y se dejen llevar por el diálogo, con lo que va saliendo en el papel. Hablamos, nos reimos... Trato de que sean tres horas de libertad mental y que eso se traduzca en lo que pintan. Hay resultados muy positivos y es grato escuchar cuando dicen "¿pero ya hemos terminado? Todo tiene su liturgia: sacar el material, resolver las peticiones de alguna cosa, dirigir un poco por donde no ven. Trabajan mucho con tierras y pasteles. La vivencia es más enriquecedora para mí, que para ellos. Sé como se llaman, pero dentroe la cárcel, puede que cada uno se cambie su nombre. No me interesa saber del motivo de su estancia allí. Soy el "maestro" o el "jefe". Pero, en esas tres horas y media, ellos mandan sobre mi, más que yo sobre ellos. Forma parte de ese ejercicio de libertad.

Gonzalo Bujeda

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