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BOQUERÓN

Casi 30 presos cumplen penas del Código franquista en Aragón

Únicamente 26 de los entre 2.600 y 3.000 presos que custodian los centros penitenciarios aragoneses cumplen condenas del último Código Penal del franquismo, el de 1973, según los datos facilitados por la Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias. La inmensa mayoría del resto de los presos cometieron los delitos después de que, en mayo de 1996, entrara en vigor el conocido como Código de la democracia, que redujo la duración de los castigos al tiempo que abolió la redención de penas por trabajo. Mientras, los pocos que no se encuentran en ninguna de esas dos situaciones cumplen largas condenas teóricas acortadas en la práctica al ser recalculadas --refundidas-- aplicando a las penas del 96 la rebaja acumulada previamente mediante el trabajo penitenciario.

Nueve de ellos estaban ingresados a finales del año pasado en la cárcel de Teruel, según recoge la Memoria de la Fiscalía Superior de Aragón: cinco de ellos habían sido condenados por terrorismo, dos por homicidio y otros tantos, por delitos contra la libertad sexual. De hecho, entre los reclusos que aún cumplen penas del Código franquista predominan los condenados por el primero de esos tres delitos.

Esos 26 internos son los únicos que pueden disfrutar de la redención por trabajar, mientras que el resto cumple sus condenas a pulso, sin posibilidad alguna de rebaja por este motivo.

La entrada en vigor del nuevo Código Penal provocó en su día un debate social sobre la vida penitenciaria y la influencia que iba a tener en ella la posible desmoralización de los reclusos al quedarse sin la posibilidad de acortar sus condenas trabajando. Esta era una medida que siempre había actuado como estímulo dentro de las cárceles como horizonte de futuro para los presos.

ALTERNATIVA Esa circunstancia hizo que la administración penitenciaria optara por otras medidas de tratamiento para tratar de impedir que se frustraran los fines de reinserción de las penas en el ordenamiento jurídico.

La última de las iniciativas pergeñadas por la administración en este sentido es la puesta en funcionamiento de los Módulos de Educación y Respeto (MER), en los que los presos se comprometen a seguir una serie de exigentes normas de convivencia al tiempo que se ocupan en talleres productivos y acceden así a permisos de salida.

Este modelo se aplicaba el pasado verano a la cuarta parte de los 1.600 reclusos que custodiaba Zuera --Daroca alberga a más de 500 y Teruel supera los 200, mientras otros 400 se reparten entre los CIS de Torrero y de Huesca--. Instituciones Penitenciarias prevé duplicar en unos meses el número de presos asignados a MER en Zuera, presidio que prácticamente ha duplicado su población en los tres últimos lustros --rondaba los 1.800 durante la pasada primavera--. Hay otro de estos módulos en la cárcel de Teruel.

 E. BAYONA 24/10/2011 EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

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