Blogia
BOQUERÓN

La reforma penal y la atenuación de la crisis bajan la cifra de presos

Las excarcelaciones de presos a finales del año pasado como consecuencia de la reforma del Código Penal, junto con la reducción de los delitos contra el patrimonio por la atenuación de los efectos de la crisis económica y la reducción de las condenas para algunos delitos como el tráfico de drogas a pequeña escala y las estafas de baja cuantía, han hecho que la cifra de reclusos internos en los centros penitenciarios aragoneses haya descendido un 6,3% --más de una dieciseisava parte-- en un año.

Los datos oficiales de la Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias señalan que las tres cárceles --Zuera, Daroca y Teruel-- y los dos centros de inserción social --Las Trece Rosas en Zaragoza y el Rafael Salillas en Huesca-- de Aragón custodiaban en el mes de junio del 2010, cuando fue aprobada la reforma del Código Penal, a un total de 2.690 internos. La mayoría de ellos --2.564-- eran hombres, mientras que la cifra de mujeres se reducía a 136.

Seis meses después, cuando a finales de diciembre se habían ejecutado la práctica totalidad de las revisiones de condenas derivadas de la reforma y los tribunales llevaban seis meses aplicando el nuevo catálogo punitivo, esa cifra de internos se había reducido en más de cien personas. Cayó a 2.587, con un leve repunte en el número de mujeres --ocho más-- y un acusado descenso --113--.

La cifra caería todavía un poco más en enero, con el proceso de revisiones cerrado, para situarse en un nivel que se mantenía estabilizado a finales de mayo. En esas fechas, en las que Instituciones Penitenciarias cerró la última estadística disponible, los cinco centros penitenciarios de la comunidad custodiaban a un total de 2.519 presos --171 menos que en junio del 2010-- distribuidos entre 130 mujeres y 2.389 hombres.

 

REPATRIACIONES La reducción de la población penitenciaria y la atenuación de las condenas para determinados delitos no ha significado, ni mucho menos, un desembarco de convictos ávidos de actividad delictiva en las calles. De hecho, medio centenar de traficantes de drogas que cumplían su condena en cárceles aragonesas, principalmente en la de Zuera, han sido repatriados a sus países de origen tras recuperar la libertad sin llegar a pisar de nuevo las localidades en las que operaban antes de ser detenidos.

Según explicaron fuentes de Instituciones Penitenciarias, esta es una consecuencia combinada de la política criminal junto con la aplicación de la normativa sobre Extranjería.

El nuevo Código Penal, vigente desde el 23 de junio, incluía un periodo de vacatio legis de seis meses en el que los jueces y tribunales debían revisar las sanciones impuestas a los delincuentes condenados por delitos cuyas penas se revisaban a la baja.

Los principales beneficiados de esta medida fueron los traficantes de droga y los estafadores. La pena máxima --sin agravantes-- para los primeros bajaba de nueve a seis años, lo que hizo que muchos de los primeros se encontraran con que su condena estaba liquidada en la fecha en la que se encontraban en condiciones de acceder a la libertad condicional --seis años, dos tercios de la sanción--; con que, de no haber obtenido todavía esa clasificación penitenciario pese a haber cumplido más de un sexenio entre rejas, habían saldado sus cuentas con la justicia, y, por último, otros que se encontraban de sopetón con que cumplían las condiciones para acceder al tercer grado.

COORDINACIÓN Tanto en los casos de excarcelación adelantada por liquidación de la condena reducida como en los de libertad condicional sobrevenida, la administración penitenciaria tiene la obligación, cuando se trata de ciudadanos extracomunitarios, de comunicar esa situación a los responsables de Extranjería.

Ni unos ni otros pueden conseguir permisos de residencia y de trabajo por tener antecedentes penales, por lo que, salvo que tuvieran arraigo, estaban abocados a la deportación a sus países de origen. Regresaron a ellos tras pasar por un Centro de Internamiento de Extranjeros.

11/07/2011 E. BAYONA / F. MANTECÓN - EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

0 comentarios