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BOQUERÓN

Peligra la vida de un preso en huelga de hambre desde hace cuatro meses

Un preso de la cárcel de Teruel de nacionalidad marroquí se encuentra ingresado en estado crítico en el módulo penitenciario del hospital Obispo Polanco como consecuencia de los cuatro meses de la huelga de hambre que mantiene para reclamar una revisión de la sentencia que le condenó a 16 años de prisión por violación. El recluso ha pasado en varias ocasiones por la unidad de cuidados intensivos del centro hospitalario debido a su situación de extrema gravedad.

El interno, cuyas iniciales son T. H., de cuarenta años y residente en Alicante, asegura que ha sido víctima de un error judicial y se declara inocente del delito que le llevó a prisión. Desde hace un año cumple su condena en la cárcel turolense y su comportamiento fue completamente normal hasta que, hace cuatro meses, decidió iniciar una huelga de hambre y sed para reivindicar la anulación de la sentencia condenatoria que dicto, según publicó ayer ’El Periódico’, la Audiencia Provincial de Alicante.

Inicialmente, fue el equipo de tratamiento del propio centro penitenciario turolense -formado por distintos profesionales, como psiquiatra, jurista y trabajador social- el que intentó convencer al interno de que depusiera su actitud ante la posibilidad de que, llevada a sus últimas consecuencias, tenga un desenlace trágico. Sin embargo, el intento fracasó, al igual que han resultado infructuosas las reiteradas iniciativas desarrolladas tras el ingreso hospitalario para acabar con el ayuno. El empeoramiento del estado de salud del preso motivó su ingreso en prisión y, posteriormente, la alimentación forzada por orden judicial.

El preso ha sido visitado en el hospital Obispo Polanco por un hermano -desplazado expresamente desde Marruecos-, por personal diplomático marroquí, por psiquiatras y por voluntarios que colaboran con el centro penitenciario. Todos los contactos han resultado fallidos ante la voluntad inquebrantable del preso de exponer su propia vida si no se anula su condena.

Desde hace tres meses, el preso recibe alimentación forzada a través de sondas, pero también rechaza esta opción y se arranca este dispositivo de nutrición en cuanto tiene ocasión. Una fuente penitenciaria señaló que se muestra «decidido a morir».

Periodos de inconsciencia

Su salud no ha dejado de empeorar desde que dejó de ingerir cualquier tipo de alimento sólido o líquido. De hecho, actualmente altera periodos de consciencia con otros de inconsciencia y su situación podría ser, según una fuente conocedora del caso, «irreversible».

El preso no tiene familiares en España y las únicas visitas que recibe son las del personal sanitario y de voluntarios laicos y religiosos que trabajan con los internos de Teruel. En el transcurso de estas visitas se encierra en un mutismo total y mantiene, inflexible, su obstinación en ayunar.

La reivindicación de la revisión de la condena solo sería viable, según indicó una fuente penitenciaria, si aparecieran pruebas nuevas que hubieran sido tenidas en cuentas por los tribunales. Sin embargo, al no darse este supuesto, la reclamación del interno marroquí, al que se le ha proporcionado asistencia legal gratuita, es inviable.

Heraldo de Aragón 24-6-2011

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