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BOQUERÓN

Revista Fundación deporte y transplante Carlos Sanz

Durante el mes de julio tuve la oportunidad por primera vez de poder visitar un
centro penitenciario. Gracias al programa de actividades que estaban realizando en
el Centro Penitenciario de Zuera, fui invitado a dar una conferencia a los internos,
hablándoles de los beneficios del deporte y del significado de la Fundación Deporte
y Trasplante recientemente creada.
Para mi resultó una experiencia muy positiva porque nunca había visto el interior de
una prisión. La visión que muchas veces se tiene de estos centros, para nada
corresponde a la realidad. Allí tuve la oportunidad de poder encontrar un grupo de
personas dispuestas a escuchar todo lo que iba a contarles, con un gran interés.
La sala estaba totalmente llena y los internos disfrutaron con la película y la
presentación que les puse.
Así mismo fueron partícipes al final en el turno de preguntas, donde tuvimos la
ocasión de debatir sobre el deporte, la donación de órganos y también de mi
experiencia en superar enfermedades con tratamientos agresivos como lo es el del
virus de la hepatitis C.
Fui agasajado con un regalo que ellos me habían preparado y que me emocionó
mucho. Muchos de ellos al terminar, quisieron tener fotos de recuerdo conmigo,
porque realmente disfrutaron de la experiencia vivida.
Tras la conferencia, tuve oportunidad de hablar con los chicos que hacen la revista
dentro del centro. Departí unos momentos con Juan Carlos, y vi una persona
ilusionada en un proyecto. Me presentó el primer número de la revista y me quedé
encantado. Le animé a continuar, porque ese tipo de iniciativas son muy positivas
para el resto de personas que están en su misma situación.
Entre los otros chicos que asistieron me llamó la atención, Lito.
Un muchacho que tenía muy claro su deseo de ser donante.
Mi historia le gustó mucho y me pidió si podía enviarle el carnet de donante al
Centro.
A los tres días, Lito, tenía ya su carnet. Y lo más importante, que seguía convencido y concienciado de ser donante.
Tan positiva fue la experiencia, que días más tarde repetí de nuevo en el centro para dar otra conferencia, pero esta vez, destinada al módulo de mujeres.
Y se repitió la experiencia que tuve en la primera ocasión.
Fue un acto muy emotivo y lo mejor, que al final del acto, casi el 40 por ciento de las asistentes, manifestaron su deseo y voluntad por ser donantes.
A veces en la vida, nos damos cuenta que aun en situaciones de gran dificultad,
existen manifestaciones solidarias.
Me quedé gratamente sorprendido por ello, y también de nuevo me di cuenta que es muy importante hablar con los internos o internas en temas como los tratamientos de enfermedades como el Virus C de la hepatitis, pero con casos reales como el mío.
Porque ellos ven un caso real y de esa forma afrontan mejor la enfermedad.
Al final del acto, Claudia, una de las asistentes al acto, me hizo entrega de un jarrón de cerámica precioso que habían preparado para mí.
Y aprovechando mi visita también recibí un regalo sorpresa de los chicos con los
que compartí mi primera vez.
Me habían hecho un retrato perfecto con acuarela.
Muy emocionado marché de allí. Por el recibimiento, por como fui tratado, por el
apoyo de Ángel para poder llevarlo adelante, y porque me di cuenta que aun en los
peores momentos, siempre encuentras personas capaces y dispuestas a escucharte, atenderte y decir “SI A LA DONACIÓN DE ÓRGANOS”.
Espero volver de nuevo a repetir tan maravillosa experiencia y por lo pronto
rememorar esos momentos a través de sus imágenes.


Carlos Sanz Hernández

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