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BOQUERÓN

El economato de la prisión vendía un fuet que contenía cuchillos

El economato de la prisión vendía un fuet que contenía cuchillos El encargado de las adquisiciones no reparó en el contenido y suministró varios.La dirección del centro ha destituido a los responsables de la cooperativa.

Dos barras de fuet casero por 2,49 euros. Todo un ofertón en tiempos de crisis económica. Sobre todo para algunos reclusos de la cárcel de Zuera, que se apresuraron a hacer pedidos fuera del centro penitenciario, no por darse un atracón, sino porque el envoltorio del embutido incluía "un cuchillo de regalo", como dice la publicidad del fabricante.

De esta forma, a finales del pasado mes de julio, al penal de Zuera entró sin que nadie se percatara un número indeterminado de armas blancas ofrecidas por una conocida marca de embutidos. Los cuchillos acabaron en las celdas de varios presos, pero las autoridades penitenciarias ordenaron requisarlos en cuanto tuvieron noticia de lo sucedido. Además, destituyeron a los internos encargados del economato general y de los economatos de algunos módulos, sin que se tomaran medidas disciplinarias contra ningún funcionario.

Un cuchillo de sierra, con una hoja de 11 centímetros, es siempre un peligro. Pero en una cárcel puede desencadenar un motín o una pelea entre presos e incluso ser utilizado para autolesionarse.

Los hechos salieron a la luz entre el 28 y el 29 de julio. Al parecer, un miembro del personal laboral encargado de hacer compras en el exterior del centro penitenciario, conocido en el argot carcelario como demandadero, facilitó al economato central varios embutidos con su correspondiente cuchillo. El fuet figuraba en la lista confeccionada con las peticiones de los reclusos y no despertó sospechas por tratarse de un alimento que no contraviene el reglamento interno.

Desde el economato, que sirve de centro de distribución, las barras de fuet se fueron repartiendo a los módulos donde se habían registrado peticiones y, finalmente, a los presos que las habían solicitado.

Sin embargo, en esta larga cadena desde el supermercado de Zuera hasta los habitáculos de los presos alguien se percató de que había un cuchillo entre las dos barras de fuet y dio la voz de alarma. Inmediatamente se requisaron todos los cuchillos que habían entrado en la cárcel.

Los internos que estaban al frente de los economatos fueron relevados de su cargo, pese a que se trata de reclusos que se han ganado la confianza de los responsables del centro penitenciario por su buena conducta. No está previsto abrirles ningún expediente, pero su destitución puede plantear problemas legales, dado que su despido requiere que sean dados de baja de la Seguridad Social.

Con todo, la contundente medida adoptada con los presos contrasta con el hecho de que no se hayan pedido explicaciones a los funcionarios encargados de supervisar a los empleados de los economatos penitenciarios.

Los cuchillos entrañan un gran riesgo en las cárceles, máxime en la de Zuera, un macrocentro penitenciario que se encuentra saturado de forma crónica y en el que no son raros los pinchos, unas rudimentarias armas blancas que los propios presos elaboran con todo tipo de materiales consistentes y punzantes.


04/08/2009 F. V. L.
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

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