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BOQUERÓN

El Justicia de Aragón cree que la cárcel no soluciona la violencia de género

Un estudio jurídico-técnico elaborado por el Justicia de Aragón -el equivalente regional al Defensor del Pueblo- propone sanciones alternativas a la cárcel para prevenir la violencia de género. El Justicia, Fernando García Vicente, no cree que la prisión sea siempre la solución más adecuada, porque puede «exacerbar» el problema. Es una de las conclusiones que García Vicente expuso ayer ante las Cortes de Aragón, durante la presentación de ese estudio, titulado «Modelos de actuación en violencia de género». El documento recoge nuevas propuestas para luchar de forma más eficaz contra la violencia machista.
Un objetivo prioritario, según el Justicia de Aragón, es conseguir que las víctimas puedan denunciar de forma más ágil y con menos presión social o de su entorno personal. Para ello, el estudio propone dos nuevas figuras técnicas, que denomina «denuncia puente» y «denuncia oculta».
Nuevos tipos de denuncia
Cuando una mujer está siendo maltratada, uno de los pasos más difíciles de dar, según los expertos, es el de presentar la denuncia. A veces es por miedo a las represalias; otras, por una cuestión de dependencia respecto a la pareja, por temor a que vaya a la cárcel y ella se quede totalmente desamparada. Por eso, según el informe presentado ayer, es necesario que se habiliten fórmulas jurídicas que tengan en cuenta todo eso.
El primer tipo de denuncia que propone el Justicia de Aragón consiste en sustituir la cárcel por sanciones alternativas para el maltratador, someterlo a tratamiento y darle una segunda oportunidad. Eso sí, esta opción sólo cabría si la víctima la admite y hay un informe favorable de un profesional que analice el caso y los riesgos. Esta propuesta está pensada para aquellas mujeres maltratadas que no quieren denunciar a sus parejas porque no desean que estos vayan a la cárcel. Como solución a este recelo se plantea este nuevo modelo denominado «denuncia puente», en el que prima la reinserción y que busca acabar con la violencia sin que el maltratador tenga que ir a prisión.
Por su parte, la «denuncia oculta» está pensada para aquellas mujeres que no denuncian por miedo a las posibles represalias. En este caso, sería un tercero el que haría de intermediario para presentar la denuncia y así se evitaría un enfrentamiento directo entre la víctima y su agresor.
Alternativas a la cárcel
En estos momentos, en las cárceles de España hay 70.000 hombres acusados de maltratar a sus parejas. Sin embargo, según el Justicia de Aragón, ésta no es la solución, ya que las estadísticas demuestran que el problema persiste e incluso sigue aumentando. Por eso, el informe presentado ayer propone cambios en el sistema punitivo a maltratadores y apuesta por la reeducación en los casos de inadaptación social. También aboga por el tratamiento de enfermedades como el alcoholismo, que a menudo están en el origen del maltrato.
El actual sistema punitivo «no es bastante», aseguró el Justicia. Cree que después de pasar por prisión el riesgo de que la mujer vuelva a ser maltratada «es mucho mayor». García Vicente recalcó que la estancia en el centro penitenciario debe ser aprovechada para la reinserción.
El informe que recoge estas propuestas ha sido elaborado por un equipo encabezado por el director del Instituto de Medicina Legal de Aragón, Juan Antonio Cobo, e incluye un amplio trabajo de campo hecho en las prisiones de Zuera y Daroca, en el centro de inserción social «Las trece rosas» y en el Juzgado de Guardia de Zaragoza.
Además de las propuestas citadas, se recogen otras conclusiones que apuntan que el riesgo de que las mujeres inmigrantes sufran malos tratos es mucho mayor. En concreto, calcula que es ocho veces mayor que en el caso de las mujeres españolas. Para el Justicia de Aragón esto se debe a problemas culturales. «Para algunas culturas es muy difícil asumir ciertas circunstancias que se dan en nuestra sociedad, como el hecho de que las mujeres trabajen y ellas no. Esta simple diferencia puede desembocar en malos tratos».
Otro de los puntos en los que más enfatiza este informe es que en la mayoría de los casos las mujeres no son conscientes del riesgo que corren, ya que según García Vicente tienen una «percepción errónea de su maltratador y sólo tienden a recordar los buenos momentos de la relación.
ABC

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