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BOQUERÓN

La prisión de Zuera se blinda contra los móviles

La prisión zaragozana de Zuera ha quedado blindada desde el pasado martes contra los teléfonos móviles, tras la instalación de un potente inhibidor de frecuencias que afecta a todo el recinto penitenciario.

La medida se tomó tras el incremento de aparatos intervenidos a diversos reclusos en los últimos meses, hasta llegar a cifras "escandalosas", según fuentes de la prisión. Uno de los casos más graves se registró el pasado verano, cuando se ocupó a un recluso islamista un teléfono móvil que contenía fotografías realizadas a funcionarios, sin que se haya podido determinar que uso se pretendía dar a esas imágenes.

Hasta ahora funcionaba otro inhibidor, pero de muy escasa potencia y dejaba muchas zonas libres para efectuar y recibir llamadas. El nuevo sistema inutiliza ahora tanto los móviles de los internos como de los propios funcionarios.

Las fuentes citadas señalaron que el de los móviles, cuya tenencia no está permitida a los reclusos, "constituye un grave problema de seguridad en todas las prisiones del Estado, en las que también se están instalando sistemas de similar potencia al de Zuera".

DIFICULTADES En algunos lugares, como en Algeciras, la solución al problema ha generado otras dificultades añadidas. En la prisión andaluza, la potencia del inhibidor ha afectado también a una urbanización próxima al centro penitenciario, con las consiguientes molestias para los vecinos, que tienen problemas para utilizar sus aparatos.

Los internos tienen derecho a realizar un determinado número de llamadas telefónicas al exterior cada semana desde aparatos fijos. Sin embargo, los reclusos cuentan con un horario restringido para hacer uso de este servicio, lo que ya ha ocasionado algunos enfrentamientos y situaciones complicadas. Recientemente, un preso de Zuera agredió a un funcionario por esta cuestión. Entendió que se le quería privar de este derecho, cuando lo que realmente ocurrió fue que había marcado de forma errónea la enumeración.

Pese a los sistemas de control sobre los efectos que se introducen en la cárcel, que son cada vez más sofisticados, los reclusos han utilizado numerosas vías para hacerse con estos aparatos de forma clandestina. Los vis a vis y los presos que regresan de permisos durante los fines de semana son, al parecer, algunos de los principales medios para su introducción.

En uno de los últimos registros realizados por los funcionarios del centro se llegaron a intervenir más de veinte teléfonos móviles en poder de los reclusos de un solo módulo.

Las fuentes consultadas explicaron, que además de estar prohibidos por la normativa penitenciaria vigente, los móviles pueden ser utilizados por algunos presos con fines delictivos con complicidades desde el exterior.
>El Periódico de Aragón - 19/10/2008 )

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