Cinco carceleros españoles fundan la ONG

TORTUGA - Grupo antimilitarista de Elx (Alacant)

Lo primero decir que comprendemos la buena intención que anima al tal Toni, de quien queremos creer que es una persona con sensibilidad y con sinceros deseos de que las cosas en las cárceles funcionen lo mejor posible, también para los presos. También comentar que casi nos hace sonreir lo que nos parece ingenuidad de su pensamiento, el cual entiende que la prisión "rehabilita", aunque hace falta la "disciplina" y cosas por el estilo.
Recordar una vez más que en nuestro pensamiento las críticas nunca van dirigidas a los individuos, los cuales, a nuestros ojos, hagan lo que hagan nunca pierden su dignidad de seres humanos, pero sí hacia los roles que desempeñan cuando los entendemos negativos, y sobre todo hacia las instituciones.
También que no propugnamos una abolición inmediata y sin más de las prisiones, sino que se avance progresiva y decididamente hacia su superación por otras formas de proteger a la sociedad y resocializar a las personas potencialmente peligrosas para ella con fórmulas 100% respetuosas con la realidad humana de cada individuo, y en el seno de otro modelo de sociedad mucho más justa y armónica que ésta.
Dicho esto, a partir de ahí hay que criticar con dureza la propuesta insultante de este grupo de carceleros. Sí, carceleros y no funcionarios de prisiones, ya que no cabe edulcorar con eufemismos la realidad de su oficio.
Las cárceles son un instrumento punitivo en el seno de una sociedad injusta. La cárcel está para disuadir y para castigar, nunca para resolver los problemas. Para más inri, y sin recurrir a demagogia alguna, está sobradamente comprobado que en las cárceles del Estado Español se viola la Ley por parte de la institución de forma sistemática. Las personas presas viven bajo el arbitrio impune de la institución y bajo los caprichos enfermizos de muchos de los carceleros (no todos actúan así, pero ni mucho menos sucede lo que afirma el fundador de la ONg de que "casi el 100% de los funcionarios de prisiones realiza un trabajo ejemplar"). Torturas, malos tratos, conculcación de derechos son allí moneda corriente.
Evidentemente los carceleros y carceleras desearían estar bien considerados socialmente y que su trabajo se pudiera equiparar por ejemplo al de los profesores de instituto o al de los jardineros. Por no. Es un trabajo que consiste en tratar a seres humanos como animales, en golpearles, en encerrarles en jaulas. Lo sentimos, pero no es lo mismo.
Es un insulto considerar que la ONG "Prisiones sin Fronteras" pudiera ni de lejos ponerse en el lugar de "Médicos sin Fronteras" y otras del mismo ramo. Más bien deberían entenderse a la altura de las hipotéticas "Verdugos sin Fronteras", "Torturadores sin Fronteras" "Mercenarios sin Fronteras" o "Sicarios sin Fronteras".