Blogia
BOQUERÓN

Las confidencias de los presos y los vídeos de la cárcel sitúan a Corbalán y Valido en la celda del asesinado

Después de que en la primera sesión del juicio los acusados Santiago Domínguez Corbalán y Luis Rogelio Valido dijeran que la muerte de Antonio Giménez fue en legítima defensa y no un plan concebido tras una discusión, este martes los funcionarios de prisiones han puesto de manifiesto que varios de los reos presentes en el día del asesinato señalaron a los procesados como los autores.

Concretamente, los dos trabajadores del módulo 9, el que aglutina a los presos más conflictivos y en el que se produjo el apuñalamiento, han confirmado que hubo una discusión en el comedor entre Santiago y Antonio. Posteriormente, se produciría la agresión en la celda número 20 que ocupaba la víctima.

Es más, han afirmado que varios de los reos les confesaron confidencialmente que tanto Corbalán como Valido estaban presencialmente en el habitáculo del finado cuando se produjo todo. “Uno de los testigos nos llegó a escribir en un papel el número de la celda de Corbalán porque allí impera la ley del silencio y no podía dejarse ver por el resto”, ha recalcado uno de los trabajadores.

Confidencias que han sido confirmadas y refutadas por los miembros de la Guardia Civil que investigaron el caso. El instructor del mismo ha señalado que los vídeos del interior de la prisión y las revelaciones de los compañeros de módulo coinciden, por lo que han descrito secuencialmente cómo pudieron suceder los hechos.

Apoyado por una de las grabaciones, este miembro del Instituto Armado ha relatado que Santiago Domínguez Corbalán y Luis Rogelio Valido pasaron la siesta juntos y que, incluso, el autor de la muerte llevaba una mochila con ropa que después del homicidio usó, desapareciendo la que llevaba en ese momento.

Este martes ha tenido lugar la segunda y larga sesión del juicio en la Audiencia Provincial

Una vez abiertas las celdas, los dos procesados fueron hacia la número 20, en la que se encontraba durmiendo Antonio, y, mientras, Luis Rogelio hacía las labores de vigilancia, Santiago le clavó un pincho carcelario en el corazón y luego se intentó defender, sufriendo lesiones en un muslo y en la mano.

Este agente ha manifestado que incluso uno de las personas que aparece en las imágenes y que ayudó a trasladar a la víctima a la enfermería les reconoció que Santiago le dijo, con el pincho carcelario en la mano: “¿Quieres que te mate también?”.

Un preso conflictivo

A pesar de esta supuesta colaboración, y debido a que el juicio se realiza con Jurado Popular, los abogados defensores -José Álvarez Domínguez y Rafael López- han intentado centrar la mirada en la conflictividad de la víctima.

Por ello, le han preguntado a los funcionarios sobre su comportamiento, admitiendo éstos que Antonio Giménez solía "amedrentar" a otros reclusos para arrebatarles los fármacos con los que se medicaban.

Esta versión ha sido confirmada por el director del centro penitenciario de Zuera, quien ha recalcado que la víctima iba a ser trasladada tres días después de ocurrir los hechos debido a las dificultades que tenía para adaptarse.

Esta actitud de los letrados se ha producido en reiteradas ocasiones, intentando conocer la identidad de los reclusos confidentes, presentando dudas sobre lo que en los vídeos se distinguía o que una mala praxis médica pudo perjudicar a la víctima en el momento de su asistencia por los servicios sanitarios.

El Ministerio Fiscal y la acusación particular, ejercida por Olga Oseira, solicitan para los encausados penas de 20 años de prisión e indemnizaciones de 144.000 y 208.000 euros, respectivamente, de cuyo pago hacen responsable civil subsidiario al Estado al entender que no se garantizó la seguridad.

Altercado de la familia

Estaba acabando la larga vista oral, que ha durado mañana y tarde, con el interrogatorio a uno de los miembros de la Benemérita que estaba exponiendo fotos de cómo se encontró Antonio, cuando sus familiares han protagonizado un importante altercado.

La madre del fallecido se ha levantado llorosa y al grito de "¡Asesinos!, ¡Asesinos!" ha lanzando su bolso contra los dos enjuiciados. En ese momento, el resto de familiares también se han unido envalentonados contra Santiago y Luis Rogelio. Esta actitud ha provocado que el magistrado presidente haya pedido a los policías nacionales que le expulsaran de la sala y realizaran el pertinente atestado.

Esta situación ha provocado que en la siguiente sesión del juicio, en la que participarán forenses y 14 testigos protegidos, no puedan acceder estas personas a las que se les ha identificado.

Aragóndigital  - Luis Miguel Gabás 20-12-2011

0 comentarios