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Interior traslada a cárceles cerca de Euskadi a veteranos de ETA

Interior traslada a cárceles cerca de Euskadi a veteranos de ETA

El Ministerio del Interior, a través de la secretaría general de Instituciones Penitenciarias, ha traslado en las últimas semanas a una decena de presos veteranos de ETA a cárceles situadas en comunidades próximas al País Vasco, como Aragón y Asturias, según confirmaron fuentes del Gobierno. Aunque el movimiento de presos de ETA ha sido práctica habitual de la política penitenciaria, de éste y otros ejecutivos, es la primera vez durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero que se lleva a cabo un traslado de presos tan numeroso.

Los veteranos de ETA que han sido acercados a Euskadi se habían desvinculado hace tiempo de la disciplina de la banda, y algunos de ellos se habían pronunciado contra la estrategia emprendida por la organización terrorista en los últimos años. Ese hecho es el que ha llevado al Ministerio del Interior a mover a una decena de presos para sacarlos del entorno carcelario más duro, donde debían convivir diariamente con otros internos de ETA que siguen defendiendo los crímenes perpetrados por la banda.

Entre los presos trasladados a la cárcel de Zuera (Zaragoza)están José Luis Urrusolo Sistiaga, Joseba (quien estaba cumpliendo condena en Córdoba); Carmen Guisasola (estaba en Valencia); Francisco Múgica Garmendia, Pakito (cumplía en el Puerto de Santa María); José Ramón Martínez García (se encontraba en la cárcel de Lugo) y Koldo Aparicio (cumplía condena en Algeciras).
La mayoría estaba actualmente en prisiones del sur y del centro de la Península.

Esta decisión tomada por el Ministerio del Interior ha sido comunicada personalmente por el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba al responsable del PP en asuntos de política antiterrorista Federico Trillo, que le ha dado su visto bueno, según publica hoy el diario El Mundo.

Múgica Garmendia Pakito y otros presos históricos de la banda suscribieron en el año 2004 una carta dirigida a la dirección de ETA en la que pedían el abandono de las armas y admitían: "Nunca nos hemos encontrado tan mal [...] En las actuales circunstancias, la lucha armada que desarrollamos hoy en día no sirve".

En esa misiva, por primera vez, una parte del colectivo de presos terroristas abogaba por reforzar la "lucha institucional y lucha de masas" y ponía el énfasis en la actividad política para lograr sus objetivos, visto el fracaso que detectaban en la lucha armada.

El País

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