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BOQUERÓN

V MARCHA CONTRA LA MACROCARCEL DE ZUERA

V MARCHA CONTRA LA MACROCARCEL DE ZUERA

::: Comunicado :::

Con esta ya son cinco las convocatorias de la Iniciativa Ciudadana Contra las Macrocárceles, para levantar la voz contra las políticas penales, penitenciarias y sociales cada vez más represivas que imperan en la actualidad, que han convertido a Aragón en la Comunidad Autónoma con más personas presas por habitante y a la macrocárcel de Zuera, a la prisión con más muertes de todas las cárceles del estado.

La Marcha a la Macrocárcel de Zuera también tiene como causa la terrible constatación de que, en este centro penitenciario, el recurso al castigo y al encierro para solucionar los conflictos sociales no puede dejar de generar agresión y muertes, 13 desde la última Marcha a esta cárcel, en abril de 2005.

La muerte de 28 personas en esta prisión desde su apertura, como las más de 4.000 la década pasada en todo el estado, se sigue asumiendo como logro por las autoridades políticas, que confirman su fe en el modelo de macrocárcel aprobando, en el último consejo de ministros, la construcción de otros 46 centros de diferentes capacidades antes del año 2.012.

Esta apuesta por que haya más personas encarceladas y por invertir dinero público en construir más cárceles, para que unos cuantos hagan negocio y vivan de excluir y mantener encerrados a cada vez más personas, ha provocado y sigue provocando más inseguridad ciudadana y más marginación. Y es que, los problemas que afectan a los grupos sociales criminalizados (con los que se justifica la inflación policial, penal y carcelaria a la que asistimos durante las dos última décadas) se han de enfrentar en el ámbito de la política social y no de la política criminal.

Si sumamos lo que hoy cuesta una plaza carcelaria al año, incluyendo todos los conceptos (pago a funcionarios, gastos corrientes, inversiones etc) nos sale alrededor de 30.000 euros al año, por cada plaza, unos cinco millones de pesetas. Si se destinara todo ese dinero a políticas laborales, educativas y sociales, la gran mayoría de estas personas jamás hubiera cometido los delitos por los que se encuentra en prisión.

Hay que recordar que la tasa de delincuencia grave es mínima. Los robos con violencia e intimidación y los delitos contra la libertad sexual no suponen ni el 5% del total, y los homicidios no llegan al 2% de los mismos. Los delitos origen de las condenas se deben mayoritariamente a pequeños delitos contra la propiedad y relacionados con el menudeo de drogas.

Por el contrario de mantener encerrada a una persona presa, viven además de funcionarios de ejecución penal, empresas que construyen y prestan servicios de mantenimiento en las cárceles y organizaciones no gubernamentales, pero además, de perseguirlas, detenerlas y vigilarlas, viven los policías y de procesarlas los operarios del derecho.

Desde aquí se entiende la apuesta por construir más prisiones y no liberarnos de la necesidad de la cárcel y avanzar hacia una sociedad donde cada vez haya menos personas presas, aplicando alternativas sociales que sustituyan a la reclusión penal, alternativas que existen pero no interesa poner en práctica.

Lo cierto es que la realidad de las llamadas “cárceles de la democracia”, es el hacinamiento, es la negación del derecho a la salud, es la falta de excarcelación de las personas enfermas, son las muertes no naturales sin esclarecer, son los suicidios inducidos, son los malos tratos, así como incluso las coacciones sexuales a mujeres presas, junto un largo etcétera.

Nos presentan la construcción de más y más centros de reclusión, como si fuera el gran remedio, cuando el fracaso del actual sistema de macrocárceles es estrepitoso. En términos de justicia social, los resultados de la actual política penitenciaria hablan por sí solos. El 73% de los actuales presos han sido condenados con anterioridad. De los excarcelados el 49% vuelven a prisión en un corto periodo de tiempo, en menos de tres años.

Y ante esto, la solución que da el estado es la dotación de millonarias inversiones de dinero público en la construcción de cada vez más cárceles, para que empresas privadas y particulares se lucren durante los próximos seis años con el negocio de encarcelar principalmente a pobres y extranjeros.

Desde la Iniciativa Ciudadana Contra las Macrocárceles volvemos a denunciar las políticas penales y penitenciarias del estado español, que no hacen sino perpetuar las desigualdades e injusticias sociales.

SIN PRIVILEGIOS, NO HABRIA CARCELES

LAS CARCELES NO SIRVEN, LAS MACROCARCELES TAMPOCO


marchazuera.noblezabaturra.org

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