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BOQUERÓN

El asesinato de un preso en Zuera dispara la alarma por la masificación de la cárcel

La Guardia Civil trabaja para identificar al interno que, a primera hora de la tarde del martes, acabó con la vida de otro preso en su celda de la cárcel de Zuera (Zaragoza). Aprovechando el momento en el que se abren las celdas para que los internos salgan a realizar actividades, entró a una de ellas y a su ocupante le atacó en el corazón con un objeto punzante.
Mientras la investigación sigue su curso, la alarma se ha disparado por lo ocurrido. Las autoridades prefieren subrayar que es un hecho muy grave, pero aislado. Los funcionarios de prisiones, sin embargo, dicen que es un incidente que no les sorprende ante la masificación que arrastra desde hace tiempo esta prisión, igual que otras repartidas por España.
Advertencias previas
De hecho, el pasado diciembre un representante sindical ya alertó en ABC que los sistemas de control y seguimiento interior estaban superados porque la prisión tiene muchos más internos de los que debería. Está preparada para 1.008 reclusos y tiene unos 1.700, además de otros dos centenares que también dependen de esta cárcel, aunque cumplen en régimen de tercer grado en los centros de inserción social de Huesca y en el «Trece Rosas» de Zaragoza. Y lo peor —advertían meses atrás los funcionarios— es que la plantilla de personal de Zuera llegaría justa para los 1.008 reclusos para los que está prisión está preparada, así que con 1.700 «la situación es límite, el día a día es un sin vivir», según explicaba ayer a ABC un funcionario.
En diciembre, desde un sindicato advertían de los riesgos de esta «sobrepoblación». Y ayer, otro responsable sindical, el presidente del sector de Prisiones de CSIF en Aragón, Eliseo Pérez, afirmaba que el crimen que se ha producido no es ajeno a la masificación que arrastra el centro desde hace tiempo. En algunos módulos de esta cárcel, dos funcionarios llegan a tener a su cargo más de 140 internos. «Lo que me sorprende es que no hayan pasado más cosas», afirmó Eliseo Pérez.
Módulo peligroso
El crimen ocurrió en el módulo 9. De los catorce que tiene esta prisión, es el que concentra a los reclusos más peligrosos o conflictivos. La ajustada plantilla hace que sea atendido por dos funcionarios, algo totalmente insuficiente —insiste el representante de CSIF— para controlar adecuadamente lo que ocurre en este módulo, que también está saturado: «no debería tener más de 65 internos, si se pasa de esa cifra se convierte en una caja de bombas, y ahora en ese módulo hay más de 80 internos».
El asesinado era un interno de los considerados peligrosos. Cumplía condena por tres robos y por haber matado a un policía en los calabozos de los juzgados de El Prat de Llobregat (Barcelona).
ROBERTO PÉREZ ABC.ES 04-02-10

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