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BOQUERÓN

Muere el tercer preso en solo seis días en la cárcel de Zuera

Una nueva muerte en la cárcel de Zuera, y ya van tres en solo seis días. La última ocurrida el pasado domingo. La víctima, José Peñuela Navarrete, un recluso de 29 años que cumplía 17 años de condena por el estrangulamiento de su novia en el barrio zaragozano de Arrabal. Fuentes del centro penitenciario atribuyen la muerte a una sobredosis de droga, como en los dos casos anteriores. Sin embargo, su familia, que se queja de que el fallecimiento les fue comunicado tarde y de que no les permitieron ver el cadáver hasta ayer, ven irregularidades en el caso.

"Me llamaron cuando llevaba cuatro horas muerto", explica José, el padre, que fue quién recibió la noticia del fallecimiento. "Lo hemos visto por primera vez en el tanatorio, 24 horas después, y sin haber podido identificarlo antes", atestigua.

Fuentes del centro penitenciario, atribuyen las tres muertes a "una partida de droga mal cortada o adulterada e introducida aprovechando algún permiso concedido para estas fechas navideñas". De hecho, a la primera víctima se achacó que "podría haber introducido en su cuerpo varias bolas de hachís y heroína y una de ellas se pudo haber roto en su estómago".

Curiosamente, las tres víctimas pertenecían al módulo 6 (el de destinos), aunque desempeñaban trabajos distintos. El primer recluso fallecido, Diego F. F., trabajaba en la lavandería; el segundo, José Carlos A. S., en la limpieza de viales, y José Peñuela, en la panadería. Aunque tampoco descartan que pudieran haber entrado en contacto con presos de otros módulos. "Por eso encontrar la droga ahora sería como buscar una aguja en un pajar", añaden las citadas fuentes.

Al margen de las condiciones en las que podía encontrarse la sustancia estupefaciente, lo que está claro es que el dispositivo de control para detectar la entrada de droga al centro falló. Y eso que, al igual que en otras prisiones, existe un sistema de rayos X que permitiría localizarlo. "Para usarlo hace falta una orden judicial pero hay que aportar una prueba fehaciente de que el preso porta algo extraño en el interior del cuerpo. Una prueba que solo se puede lograr con su colaboración, imposible sabiendo que comportaría una nueva pena, u obligándole, aunque en este caso prima su derecho a la intimidad", explicaron desde el centro.

La familia de Peñuela, sin embargo, rechaza que fuera la droga la que acabó con su vida, aunque desde el centro les informaron que, en su celda, "se encontró un mechero, papel de plata y una papelina de heroína". Su padre, José, y su hermano, Antonio, denuncian abiertamente que ha habido "muchas irregularidades". "Nos ha sido imposible ver el cuerpo antes de que llegara al tanatorio; ni en la cárcel ni en el Instituto Anatómico Forense, a pesar de que por la mañana nos pidieron la ropa de José", explican. "Además --añaden-- tenía unos moratones en la cara que el día anterior (el domingo estuvieron viéndole en prisión) no tenía". Esto, para la familia, son "signos evidentes de violencia".

"Le visitamos el domingo por la mañana y nos estuvo hablando de los otros dos fallecidos. De uno de ellos dijo que no le había visto fumar ni un porro, y él tampoco lo había hecho nunca pero cuatro horas después estaba muerto", sentenció su hermano.
06/01/2009 06/01/2009 D. L. G. EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

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