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BOQUERÓN

Fiscalía recurre la sentencia condenatoria del crimen de la cárcel de Zuera

Zaragoza.- Luis Rogelio Valido Martín y Santiago Domínguez Corbalán se sentaron en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza por la muerte del reo Antonio Giménez cuando éste dormía la siesta en la prisión zaragozana de Zuera. El primero fue absuelto y el otro condenado a doce años de prisión, tras aplicarse la atenuante de arrebato y obcecación que le apreció el Jurado Popular. Ahora, la sentencia ha sido recurrida por la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por Olga Oseira.

Fuentes del Ministerio público han reconocido no estar satisfechos con la sentencia dictada por el tribunal zaragozano, especialmente por la reducción de pena a doce años que se le impuso a Domínguez Corbalán a partir de la atenuante. Unos años de cárcel que distan de las peticiones de la fiscal y de la penalista Oseira que eran de catorce años de prisión.

La abogada zaragozana también recurre en los mismos términos, ya que considera que es nula el acta de veredicto que absuelve a Valido Martín e impugna la atenuante aplicada a Domínguez Corbalán por considerar que no se cumplen los requisitos necesarios. "Para tener en cuenta la obcecación es preciso actuar en el mismo momento y en este caso no ocurrió", ha resaltado Oseira.

En el caso de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón acepte dicho recurso podría tener que volver a celebrarse el juicio.

En dicho fallo, el magistrado-presidente del Tribunal de Jurado, Mauricio Murillo, señaló que “no había dudas” de que fue una muerte violenta dado el contenido del informe de la autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de Aragón que señalaba que “fue con fuerza por la forma y porque llegó a chocar contra una vértebra”.

Asimismo, entendió que existió dolo porque la primera lesión fue la mortal cuando Antonio Giménez estaba recostado y somnoliento sobre la cama de su celda. Posteriormente, se enzarzaron ambos en una pelea, defensiva por parte de Antonio Giménez y agresiva por parte de Santiago Domínguez Corbalán, a tenor de la etiología de las heridas que ambos sufrieron.

Pero junto a Domínguez Corbalán también fue condenado el Estado por considerar que no se adoptaron correctamente las medidas de seguridad puesto que el arma utilizada fue un pincho carcelario. Por ello, mantuvo una responsabilidad civil subsidiaria de 103.034,96 euros para los padres y para los hijos.

Un asesinato en el mundo de peligrosos

Todo se desarrolló en febrero de 2010, sobre las 14.00 horas, cuando Santiago D.C. tuvo una agria discusión verbal con el fallecido cuando el primero pidió un cigarro espetando: “Dame un cigarro hermano” y Antonio le dijo: “Ni te doy, ni soy tu hermano”, llegando a retar la víctima al acusado para que fueran a los “tigres” –referencia que los internos tienen de los baños para pelearse al no existir cámaras de seguridad–. Allí se enzarzaron verbalmente hasta que pararon debido a que los funcionarios se dieron cuenta de lo que ocurría.

Esta situación despertó una gran humillación en Santiago, generándole un profundo deseo de venganza al haberse sentido herido en su orgullo. Mientras, Santiago y el otro encausado, Luis Rogelio, durmieron la siesta juntos. Posteriormente, el condenado fue hacia la celda de Antonio y, aprovechando que estaba boca arriba y somnoliento, le agarró con fuerza de la cabeza, le tapó la boca para evitar pedir auxilio y le asestó un fuerte pinchazo con un objeto punzante en el hemitórax izquierdo que le provocó una agónica muerte por desangro.

La víctima llegó incluso a levantarse y forcejear con Santiago, si bien, dada la gravedad de la lesión volvió a caer sobre la cama.  

Luis Miguel Gabás - Aragóndigital - 29-2-2012

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