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BOQUERÓN

El Barça-Madrid de la macrocárcel

El Barça-Madrid de la macrocárcel Funcionarios e internos se enfrentaron ayer en un partido de fútbol en la prisión de Zuera. Un derbi carcelario con un buen fin: aumentar los carnés de donantes.

Lo de ayer era un Madrid-Barça. O el Zaragoza contra cualquiera. O sea, el partido del siglo dentro de la macrocárcel de Zuera. Funcionarios e internos se iban a ver las caras. En el campo de juego, claro, que las caras se las verán habitualmente... Y los dos contrincantes, como en todo buen derbi, calentaban antes del encuentro. En la cancha, y ante los micrófonos. "Vamos a ganar nosotros", decían los funcionarios, a la entrada de la prisión. "Les vamos a dar una paliza", contestaban en el polideportivo los contrarios. Una paliza en el sentido figurado, por supuesto, y eso lo tenía claro el seleccionador. El míster eligió a esta particular selección en función de dos variables: que jugaran bien? y limpio. "Como equipo no se han entrenado -comentó Juan Carlos Valle, monitor deportivo de la prisión-. Los jugadores pertenecen a módulos distintos y todos compiten en el Campeonato de la Merced, patrona de las prisiones y, ahora, en el de Navidad". Los funcionarios se organizaron solos, que para eso es parte de su trabajo.

Las gradas estaban entregadas: los internos eran los favoritos. Y los espectadores no dudaban en hacerlo saber: gritos al árbitro, peticiones de falta? Se adelantaron los funcionarios en el marcador. Pero, a tenor por lo que se leía en las camisetas de ambos equipos, poco importaba el resultado. Las dos, la roja y la blanca, tenían el mismo patrocinador: la leyenda 'Hazte donante' impresa. Y es que el primer gol de la tarde no se produjo en el terreno de juego, sino en el centro social de la prisión. Allí, minutos antes de dar comienzo el encuentro, los presos recibían una charla de Carlos Sanz, organizador de la jornada. Su Fundación Deporte y Transplante ha visitado durante este año 48 centros penitenciarios y ha acabado el año en Zuera, que para eso Carlos es maño. "Tratamos de usar el deporte como un vehículo de transmisión de valores, en este caso, para hacer llegar el mensaje de la donación", contó. Y parece que lo logró. A los más de cien reos que ya eran donantes, se sumaron más de 50. Algunos, como Jon Jairo, estaban encantados. "Siempre lo pensé, pero creí que exigía muchas pruebas y papeleo. Hoy me han abierto las puertas y me he apuntado", contó mientras seguía el encuentro. Aunque los suyos perdían ya 2-0, no se desanimaba. "Jugar contra el funcionario impone, pero cogerán confianza". Vaya vista. En el contraataque, los internos marcaron.

Carlos Sanz tampoco le quitaba ojo al campo? ni a la mesa donde los presos recibían su carné de donante. "Se sorprenden mucho de que se lo pidas, están deseando hacerlo, ver que son útiles para la sociedad", explicó Carlos, que por este proyecto recibió la medalla de plata al mérito social penitenciario. Y busca la de oro, porque si este año ha logrado 1.500 donantes, para 2010 quiere llegar a los 5.000, además de recorrer otros 24 centros y crear un sistema de becas para niños con padres en prisión.

Su objetivo ya estaba cumplido en Zuera. Pero faltaba el resultado. A tres minutos del final, llegó el empate. 2-2. Y todos contentos.
CHEMA R. MORAIS- HERALDO DE ARAGÓN

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