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BOQUERÓN

Mariví llega "tranquila" a Zuera

Mariví llega "tranquila" a Zuera

La alcaldesa de La Muela hizo ayer el que puede ser su último viaje en mucho tiempo. Fueron solo 84 kilómetros, entre los juzgados de La Almunia de Doña Godina y el centro penitenciario de Zuera. Apenas una hora de recorrido, pero todo un mundo para alguien que sabe que está a punto de renunciar a casi todo. De camino a prisión por la A-2, Mariví contemplaría también por última vez la alargada silueta de los molinos que un día le hicieron soñar y que ahora dan nombre a la operación policial que la ha puesto entre rejas.

Según ha podido saber este periódico, las primeras horas de la alcaldesa en prisión han sido "tranquilas". Sobre las dos de la mañana, María Victoria Pinilla abandonaba los juzgados con evidente gesto de cansancio. Con las mismas ojeras, producto de cuatro largos días de espera y cuatro interminables noches en los calabozos, la primera edil se presentaba ante el médico de guardia de la cárcel de Zuera. Tras una rutinaria revisión general, Pinilla fue conducida por fin a una de las celdas del módulo de ingresos, donde difícilmente podría conciliar el sueño.

Aunque el protocolo penitenciario establece que los nuevos internos pasen al menos dos o tres días en este módulo de ingresos, la dirección del centro tenía previsto reubicarla "lo antes posible" en el de mujeres, donde la alcaldesa convivirá con sus otras 130 inquilinas. Se trata de "normalizar" cuanto antes la situación de Pinilla, a la que podrá visitar su abogado, Javier Notivoli, cuantas veces estime necesario (cumplimentando, siempre, las peticiones oportunas).

Como el resto de reclusos, durante su estancia en Zuera, la primera edil podrá comunicarse con sus allegados solo un par de veces por semana. Lo hará a través de un cristal que impide el contacto físico, utilizando auriculares y por un espacio de tiempo no superior a 20 minutos.

El reglamento de Instituciones Penitenciarias permite que en estas comunicaciones puedan estar presentes hasta cuatro personas detrás de la mampara. En cualquier caso, existe otra fórmula de visita más próxima y cercana, que es el vis a vis familiar. Estos encuentros se hacen en una pequeña sala donde el interno puede establecer contacto físico con sus allegados, que previamente habrán tenido que acreditar su relación de parentesco. De hecho, en estas comunicaciones solo pueden estar las parejas, padres, hijos, hermanos o abuelos. A diferencia de los encuentros en los locutorios, los vis a vis solo se pueden solicitar un par de veces al mes.

Tras pasar por la consulta del médico, a lo largo de esta semana, María Victoria Pinilla tendrá que ver a un trabajador social y a un educador, que emitirán sendos informes sobre su situación. A los que será un poco más difícil que vea es a los otros dos imputados en la Operación Molinos que el juez ha enviado a prisión: el concejal del PAR Juan Carlos Rodrigo Vela y el empresario madrileño José Carlos Fernández Delgado. El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de La Almunia, Alfredo Lajusticia, no ha decretado la incomunicación de ninguno de ellos, pero mujeres y hombres solo comparten algunas actividades -como la escuela- en el centro penitenciario.
Heraldo de Aragón.

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