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BOQUERÓN

Ciencia Viva difunde conocimiento científico en el centro penitenciario de Daroca

Ciencia Viva difunde conocimiento científico en el centro penitenciario de Daroca Divulgar la ciencia en la cárcel. “Abrir un agujero de libertad y esperanza en la muralla del centro penitenciario de la prisión de Daroca”, tal como reza el diploma de picapedrero que se entrega a los científicos o personas que participan en las actividades divulgativas realizadas en esta cárcel de la provincia de Zaragoza. Dentro de la actividad cultural, tiene lugar hace unos meses una iniciativa que pretende llevar el conocimiento científico a la prisión, de la mano del programa Ciencia Viva (CV), perteneciente al Departamento de Educación, Cultura y Deporte y financiado por CAI. La idea surgió a partir de la propuesta que el responsable cultural de esta cárcel, Javier Mesa, realizó a Miguel Carreras, responsable de CV, que confiesa: “Me pareció una excelente idea, toda una aventura y le propuse ir más lejos y llevar nuestro programa a la cárcel”. (En la imagen, responsables de Ciencia Viva, la investigadora A. Lukic y J.Mesa)

Antes de esta colaboración, la ciencia también se había colado entre las rejas. Hace tres años se realizaron varios ciclos de ponencias, gracias a la colaboración establecida con la Universidad de Zaragoza, a través de las facultades de Ciencias, Filosofía y Letras, y Derecho. Desde entonces hasta ahora, tal como explica Javier Mesa, todos los investigadores o profesores que han participado en actividades de esta prisión, declaran quedarse “sorprendidos de que los reclusos participen tanto con preguntas que delatan una gran curiosidad, llegando incluso a sorprender su alto nivel”.

Una de esas intervenciones fue el pasado 24 abril, cuando Antonela Lukic, investigadora del Instituto Aragonés de las Ciencias de la Salud (I+CS) participó hablando sobre “Las células madre, qué son y qué nos ofrecen”. Una experiencia que califica de “excelente”, a pesar de que “la cárcel en sí impresiona, con todas esas puertas de seguridad que se abren y cierran a tu espalda, pero tras la primera aproximación, todo fue sobre ruedas, y los asistentes participaron con gran interés”. Esta especialista en Cardiología y natural de Zvornik (Bosnia y Herzegovina) considera también muy positivas estas actividades en los centros penitenciarios, “se consigue introducir un enfoque científico de las cosas a una población que mayoritariamente no tiene acceso a ello”. También afirma que esta iniciativa “debería formar parte de los procesos de integración social de estas personas”, junto a otras actividades que ya se están llevando al cabo por parte de personal competente”.

La media de asistentes a estas charlas voluntarias es de 50, que previamente se han documentado sobre la tematica de las mismas, que que van desde “Algunos errores de la Ciencia”, impartida en noviembre por el divulgador científico Miguel Angel Sabadell, la centrada en las células madre de Antonela Lukic y la que cerrará el ciclo este curso con el delegado del CSIC en Aragón, Mariano Laguna con “Quimicosas”, que tendrá lugar el próximo 14 de mayo.

Además de estas ponencias, financiadas por Cruz Roja, el programa Ciencia Viva distribuye la revista “A Ciencia Cierta” y el próximo curso están previstas actuaciones de divulgación de la ciencia de una forma amena, a través del Circo de la Ciencia.

“Consideramos interesante la experiencia por el derecho que tiene la población reclusa a recibir información de temas de actualidad en general y científica en particular. La atención, comportamiento e interés de los internos ha sido hasta ahora encomiable y creo poder afirmar que agradecen que desde fuera se preocupen de ellos”, concluye el responsable de Ciencia Viva, que resalta el esfuerzo realizado por el responsable cultural de este centro, así como la labor del profesorado de apoyo y del personal del centro.

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